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Introducción
Como ya es habitual en España tenemos la costumbre de cambiar la ley de educación cada 4 años. En 1985 se aprueba la Ley Orgánica de Derecho a la Educación (LODE), cinco años más tarde, en 1990 se aprueba la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo, la conocida como LOGSE. Posteriormente, en 2002 se aprueba la LOCE, como Ley Orgánica de Calidad Educativa. En 2006, la LOE como Ley Orgánica de Educación y finalmente, en 2013 se está tramitando la conocida como LOMCE o Ley Ogránica de Mejora de la Calidad educativa.

Sin duda y como hemos podido comprobar en el párrafo anterior, España puede presumir de tener una variedad amplia de leyes orgánicas relacionadas con la educación. En mi opinión es excesivo el número de leyes aprobadas que, de alguna manera, cambian - mejoran o empeoran - el sistema educativo en nuestro país.

La LOMCE

Con el cambio de color en el gobierno los del Partido Popular se plantean, otra vez, cambiar o modificar la ley educativa aprobada por los Socialistas en 2006 la LOE. A falta de, sospecho, imaginación para darle un nombre diferente a esta ley orgánica se nos presenta como una ley de mejora de la calidad educativa. Ha sido muy polémica en muchos de sus puntos y en esta entrada vamos a intentar describir cuales son las modificaciones principales y qué repercusiones tienen.

En primer lugar, la introducción de pruebas externas de evaluación o reválidas. Consiste en introducir, básicamente, un examen al final de cada etapa educativa. Al final de la ESO y el Bachillerato el alumno tendrá que enfrentarse a una prueba la cual determinará si pasa o no de etapa, en el caso de la primaria tendrá un valor puramente orientativo. Vamos a ver, ya son muchos los profesores que cuestionan la efectividad de los exámenes de evaluación o los exámenes trimestrales que intentan evaluar los conocimientos del alumno al final de la evaluación. ¿En serio es efectivo un examen que englobe toda una etapa? en mi opinión es un sistema el cual contribuirá al aumento de presión de los alumnos, y en caso de suspenso generará un gran rechazo hacia los estudios, como ya lo produce algunos exámenes como la selectividad. En segundo lugar, quita importancia a el trabajo realizado durante toda la etapa compuesta por muchísimos cursos, y contrapone el modelo de aprendizaje basado en la constancia. En mi opinión, es un examen de “empollada y fuera” sin ninguna utilidad para la mejora del sistema educativo. 

En segundo lugar, itinerarios en el segundo ciclo de la ESO. Para empezar, se gana un año más de bachillerato - cosa que no veo negativa - pero se pierde uno de la educación secundaria obligatoria, los niños tendrán que decidir si cursan una formación profesional o un Bachillerato en 3º de la ESO, después de su reválida correspondiente. En mi opinión es una edad demasiado temprana para que un estudiante de educación secundaria obligatoria sepa si quiere dedicarse o no, a una cosa u otra. Recordemos que las formaciones profesionales o FP se caracterizan por dar una enseñanza muy centrada en un ámbito determinado. Ello requiere que el perfil del alumno que cursa dicha enseñanza tenga muy claro qué quiere hacer con su vida laboral en un futuro. En mi opinión un niño de tan solo 14 - 15 años no lo veo con capacidad para decidir el futuro de su vida.

En tercer lugar, la subvención estatal de los centros privados en Cataluña para aquellos alumnos que quieran la educación en castellano. Esta parte consiste en subvencionar a los centros privados que acojan alumnos que deseen la formación en castellano y no encuentren escuelas públicas que se lo ofrezcan. No voy a extenderme mucho en este punto dado que quisiera dedicar una entrada entera a este tema, así que paso al siguiente.

Cuarto, la asignatura de religión a la que se le da plena validez académica y aquellos que no quieran cursar esta asignatura, cursarán Valores culturales y sociales en la primaria y Valores éticos en la secundaria. Entiendo que hayan familias que deseen el que sus hijos reciban una formación espiritual o con unos valores determinados, aún y así estoy en contra de darle un peso académico, en tanto condiciona aspectos como, por ejemplo, la obtención de una beca. No estoy diciendo que no se imparta, simplemente que la calificación resultante no forme parte de la nota media.

Por último, la subvención de los centros los cuales hagan una separación por sexos. Existen escuelas las cuales en determinados territorios sí que reciben una subvención pese a que diferencien sus alumnos por sexos. En algunas comunidades autónomas como por ejemplo Andalucía, no se da ese tipo de subvención a esta clase de centros, pues bien, la LOMCE prevee subvencionar a estos centros los cuales hacen una diferenciación por sexos.

Ante las polémicas que ha producido esta ley, Afredo Pérez Rubalcaba ya ha adelantado que “esta ley no va a durar” y permitidme, como todas las leyes de educación Española. Si la educación es la base de un país, no podemos estar cambiando la legislación que lo regula cada 4 años, cada 10. Es una barbaridad que los profesores y alumnos que no han finalizado sus estudios tengan que adaptarse cada cierto tiempo a un nuevo modelo educativo, cambiar la forma de enseñar y aprender, así como enfrentarse a los diversos exámenes.

¿No deberíamos hacer algo al respecto? Si por algo se ha caracterizado la LOMCE es porque ha sido aprobada sin consenso. Eso es lo que necesitamos, consenso por parte de los diferentes partidos políticos, una ley educativa que sea “de todos” y que no responda a exigencias o ideologías partidistas.

Aún y así, parece que a algunos alumnos les va a tocar purgar con la ley LOMCE y cuando se cambie, aquellos alumnos condicionados por esta ley sólo serán poco más que daños colaterales.

Esperamos vuestros comentarios:)

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