Imaginemos
una clase de alumnos de unos 7 años, a los cuales la profesora pregunta: ¿Qué
queréis ser de mayores? I aquí es donde algunos alumnos americanos responden: -
¿Yo? ¡Presidente! Lo dicen orgullosos, como si ese trabajo fuera la cumbre
perfecta para la vida de todo niño. Ahora transportemos esta escena a España,
donde la mayoría de niñas responden: -¿Yo? ¡Famosa! I los niños: - ¿Yo?
¡Futbolista! ¿Por qué quieren ser famosas o futbolistas de mayores? ¿Por qué casi
ningún niño español quiere llegar a presidente? Fácil, ¿Qué imagen le damos al presidente? ¿Y a un futbolista?
Bien,
usemos la imaginación para creer que somos ese niño o niña de 7 años (que por
otra parte todos fuimos alguna vez) y observamos lo que tenemos alrededor:
Primero,
un gobierno manchado por la corrupción. Tenemos uno de los peores casos de
corrupción de Europa, en el que estaría involucrado el presidente del propio
gobierno, y no solo eso sino que también
podría estarlo uno de los ex presidentes del país. Esto hace que mucha
gente relacione estos personajes corruptos (presuntamente), en manchones en la política,
y causen mal a esta, haciendo a la gente generalizar, creyendo que todo lo
político es corrupto y que la honradez en esta, no existe. Utilizando
vocabulario como “todos son unos chorizos” “son gentuza” y palabras mayores,
¿Qué niño querría serlo de mayor?
En
segundo lugar, la falta de admiración hacia nuestro presidente. No tenemos
admiración ninguna sobre nuestros políticos, tal vez se lo hayan ganado a
pulso, tras mentiras y falsedades, pero, ¿No es el respeto futro de nuestra
educación? Nos guste o no, tenemos un presidente, de un partido u otro, pero
parece que tengamos a nuestro primo como presidente, y como tal lo tratamos, usando un vocabulario
soez. ¿Dónde está esa admiración hacia la persona más importante del país? ¿Por
qué demonios tiene más admiración un futbolista que nuestro presidente? Tal vez
porque son los futbolistas los únicos portadores de buenas noticias. Pero, ¿Por
qué no educamos a los niños, enseñándoles que ellos pueden cambiar eso? ¿Qué
pueden lograr la admiración de todos, si llegan a presidentes? Si no hay
admiración, ¿Qué niño querría serlo de mayor?
Y
en tercer lugar, el respeto. ¿Qué respeto tiene un presidente que es
constantemente abucheado e insultado? Es evidente que la clase política no hace
mucho para honorar a la misma, en un país donde muchos políticos creen que
“dimitir” es un familiar de Bladimir Putin, ¿Qué clase de respeto hay que
confiarles? El respeto que nos blinda una buena educación. Hagamos honor a
nuestra educación, y más ahora que está en peligro, y seamos respetuosos, sino
mantenemos un respeto a nuestra clase política, si los consideramos la purria,
y unos gentuzas, ¿Qué niño querría serlo de mayor?
Tenemos
los representantes que nos merecemos, recibimos de ellos el mismo trato que
nosotros les ofrecemos, mientras nuestro trato no sea distinto, mientras nadie
sea capaz de decir: “sí, yo quiero ser presidente”, mantendremos en el poder
los mismos bien estantes de siempre.
Em sembla una reflexió molt coherent. Tant de bo arribés un dia que els més petits diguessin que de grans voldrien ser president del govern.
ResponderEliminarFelicitats Marc.
Francesc Fàbregas
Muy bueno. ^^)
ResponderEliminarLos políticos que tenemos son un reflejo de nuestra sociedad, si desde la sociedad encontramos esa "picaresca" luego no nos extrañemos que con más poder se transforme en corrupción...
Con educación y respeto se va a todas partes, sin eso... así nos va...